La Sociedad de San Pablo
Somos una Congregación Religiosa fundada en 1914 en Alba (Italia), por el padre Santiago Alberione.
Los miembros de la Sociedad de San Pablo, conocidos como Paulinos, nos empeñamos en la difusión del Evangelio, utilizando los medios que la tecnología pone a disposición del hombre de hoy para comunicar.
Estamos presentes en 32 naciones, en donde ejercemos nuestro apostolado: ediciones de libros y revistas, video, radio, televisión, multimedia, Internet, redes sociales, centros de estudio, investigación, formación en uso de los medios.
La Sociedad de San Pablo está formada por sacerdotes y hermanos (llamados Discípulos del Divino Maestro). Hemos sido llamados por Dios para colaborar juntos en la misma tarea de evangelización.
Nuestro Fundador fue el P. Santiago Alberione, un sacerdote italiano que, comenzando el siglo XX, se sintió profundamente obligado a hacer algo por los hombres del siglo que nacía con los medios que Dios puso a su disposición.
El P. Alberione vivió su existencia en un profundo y constante encuentro con Dios y en una incansable actividad apostólica que lo llevó a fundar 10 institutos, conocidos como Familia Paulina: 5 congregaciones religiosas, 4 institutos de vida secular consagrada y una asociación de Cooperadores.
Luego de haber recorrido su fecunda vida terrena, fue llamado a la Casa del Padre el 26 de noviembre de 1971.
El P. Alberione fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 23 de abril de 2003.

Los Paulinos en México
75 años de servicio
En 1947, el joven sacerdote italiano Hugo Zecchin llegó a México para cumplir la encomienda del P. Alberione de fundar la Sociedad de San Pablo en este país.
Llegó sin conocer nada de su nuevo destino: ni la geografía, ni la lengua, ni la comida; pero traía consigo la mirada puesta en la Providencia y el deseo de hacer algo por los demás. Así que en poco tiempo, con mucha oración, un trabajo asiduo, y con la ayuda de generosos colaboradores, dio marcha a la obra San Pablo en México.
Pronto llegaron jóvenes que compartieron el ideal de evangelizar con los medios de comunicación y la Congregación comenzó a crecer como un árbol frondoso, en personas y en obras.
Hoy la Sociedad de San Pablo en México está presente en Aguascalientes, Ciudad de México, Coatzacoalcos, Guadalajara, y Mérida; en La Habana, Cuba; en Estados Unidos, en Los Ángeles, Chicago, Houston y Miami.
Las "Cuatro Ruedas": nuestra vida
El padre Alberione solía decir que los días de un paulino transcurren sobre la base de cuatro "ruedas" que forman el carro paulino y son: oración: estudio, apostolado y vida en común.

ESTUDIO
Para poder dar a Cristo, es necesario, además de tener una experiencia personal de Él, conocer a los destinatarios de nuestra misión: su lenguaje, su contexto, sus inquietudes y necesidades. Por ellos y para ellos estudiamos las ciencias y técnicas que nos ayuden a ofrecer la Buena Nueva como una buena noticia y con nuevas formas expresión.

APOSTOLADO
La parte más visible de nuestra vida es la actividad apostólica, que no es otra cosa más que compartir lo que tenemos con los medios más actuales que la Providencia pone en nuestras manos: la pluma, una computadora, una máquina de impresión, cámaras, micrófonos, redes sociales… Todos los medios para dar a Cristo a todos los hombres.

ORACIÓN
El origen y la fuente de nuestra vida de apóstoles surge del encuentro existencial y personal con Jesús y se prolonga en momentos privilegiados de cercanía con Él en la Santa Misa, en la Visita eucarística y en los actos cotidianos de piedad.

VIDA COMUNITARIA
Nuestro llamado y misión los vivimos de manera compartida, viviendo en comunidad con muchos hermanos.
Así, cada quien pone sus talento al servicio de los demás, buscando siempre formas creativas de ofrecer juntos lo que gratuitamente se nos ha dado: a Cristo mismo.
Las cuatro “ruedas” deben marchar siempre de manera simultánea, dando a cada área la importancia que tiene sin descuidar alguna o algunas por atender más a otras.
Nuestra formación
Los paulinos estamos siempre en formación continua, buscando la conformación con el Maestro Divino. Y esta formación es integral, gradual y permanente.
Que nuestra formación sea integral implica que busquemos crecer siempre en todas esferas de la vida: en la parte humana, en la ciencia y en espíritu.
La formación también es gradual, por lo que hemos diseñado un plan a manera de proceso que consta de:
Prospección vocacional
Es el primer encuentro con la Congregación. En esta etapa se intenta descubrir a qué estilo de vida llama Dios .



Juniorado
En esta etapa se vive plenamente la consagración paulina por medio de los votos religiosos. Estos se pueden renovar cada año.
Duración: 3 a 6 años.



Aspirantado
Se vive en comunidad, junto con varios compañeros, para conocer y vivir la vida paulina en sus aspectos iniciales.
Duración: 3 a 5 años.



Profesión perpetua
En este momento se emiten los votos religiosos para toda la vida, formando parte de la Congregación para siempre.
Duración: toda la vida.



Postulantado
En esta etapa se conoce más el carisma de la Congregación y a su vez, la Congregación conoce más a quien se postula.
Duración: 1 año.



Formación permanente
La formación paulina nunca termina. Hasta el último día estamos llamados aprender las mejores manera de vivir y comunicar a Jesús.



Noviciado
Un año de especial y profundo acercamiento al pensamiento del Fundador y a la vida consagrada.
Duración: 1 año.


